A un latido de casa

Un episodio cardiaco en el extranjero llevó al Dr. Henry Solow de vuelta al hospital que ayudó a crear.

La cima de un tobogán acuático de seis plantas en un complejo turístico de un país extranjero es un lugar especialmente aterrador para sufrir una parada cardiaca. Ahí es donde se encontraba el Dr. Henry Solow, hematólogo oncólogo con 35 años de experiencia en MSH, cuando su corazón se paró en enero de 2025. Por suerte para el Dr. Solow, su hijo estaba justo delante de él en el andén.

El médico, residente en el área metropolitana de Toronto, oyó desplomarse a su padre e inmediatamente entró en acción. Le practicó la reanimación cardiopulmonar y utilizó el desfibrilador externo automático del complejo para devolverle la vida antes de que sufriera daños cerebrales.

El médico se convierte en paciente

El Dr. Solow fue trasladado de urgencia a un hospital cercano en Nassau (Bahamas), donde el personal médico confirmó que ya no corría peligro inmediato. Un ecocardiograma reveló la causa probable de la parada de su corazón: una estenosis aórtica grave debida a una cardiopatía no diagnosticada denominada valvulopatía aórtica bicúspide. Sin embargo, el hospital local no estaba equipado para realizar más pruebas y le recomendó que regresara a Canadá. Él y su familia sabían exactamente dónde tenía que estar.

"Ni se me pasó por la cabeza ir a un hospital del centro, porque MSH es mi casa", explica el Dr. Solow. "Pasé 35 años trabajando allí, y realmente es como una familia: es una comunidad. Sabía que cuidarían de mí".

En 2024, Oak Valley Health estableció una alianza de atención cardiaca con Unity Health Toronto que permite a los pacientes acceder a procedimientos cardiacos avanzados, con una atención y una comunicación ágiles entre hospitales. Además, MSH abrió su nueva Clínica de Dispositivos Cardíacos en la primavera de 2025, para dar servicio a pacientes con marcapasos implantados. Con un aumento del 32% en pacientes cardíacos desde 2019, estas son algunas de las muchas maneras en que MSH está dando un paso adelante para proporcionar una mejor atención cardíaca a medida que crece la comunidad.

El Dr. Solow llegó al MSH en ambulancia aérea a las 2 de la madrugada del día siguiente, donde fue ingresado en la Unidad de Cardiología.

Nacido así

La válvula aórtica suele tener tres valvas que se cierran cuando el corazón bombea sangre a la aorta. En el caso del Dr. Solow, nació con sólo dos, lo que puede provocar un estrechamiento de la válvula (estenosis) y hacer que el corazón trabaje más.

La cardiopatía valvular, que es el término que engloba la enfermedad del Dr. Solow, afecta aproximadamente al 2,5% de los canadienses. Aunque los síntomas pueden ser inexistentes cuando la enfermedad es leve, si la estenosis aórtica se desarrolla y permanece sin diagnosticar ni tratar, puede provocar infarto cerebral, insuficiencia cardiaca, coágulos sanguíneos o, como experimentó el Dr. Solow, paro cardiaco.

El cardiólogo Dr. Russell Fernandes realizó pruebas al Dr. Solow para asegurarse de que estaba estable y confirmar el diagnóstico. "Con esta afección cardiaca, hay que tener mucho cuidado con la forma de administrar el tratamiento, porque puede haber complicaciones si se es demasiado agresivo", señala el Dr. Fernandes.

Continuidad asistencial

En el marco de la colaboración cardiológica con Unity Health Toronto, el Dr. Solow fue trasladado al Hospital St. Michael, en el centro de Toronto, para someterse a un angiograma, y se le colocó un stent en una de las arterias para mejorar el flujo sanguíneo. Una semana después, se le implantó una válvula aórtica transcatéter (TAVI), en la que se introdujo una válvula de sustitución a través de un catéter y se implantó dentro de la válvula aórtica existente para repararla.

Una de las muchas ventajas de esta asociación es la perfecta integración de la información sanitaria de los pacientes, estén donde estén.

El Dr. Solow continuó su recuperación de la TAVI en el MSH, fue dado de alta a los tres días y volvió al trabajo un mes después.

"Pasar de médico a paciente no fue nada", insiste el Dr. Solow. "Me emocioné, porque medio hospital vino a verme: médicos, enfermeras de mi clínica y de otras salas, personal de laboratorio. Fue poco menos que excepcional".