Invierno de 2020 - Si hablas con Rosemary Cameirao durante un par de minutos, enseguida te darás cuenta de lo mucho que le gusta su trabajo. En el caso de Rosemary, que trabaja como enfermera en el Ambulatorio Pediátrico, se trata de una combinación de cosas: el aprendizaje continuo, la interacción humana, la tutoría y el orgullo genuino de representar a un venerado centro de excelencia sanitaria.
En marzo, Rosemary cumple 30 años en MSH. Es una de las originales y está orgullosa de ello.
Rosemary nació y creció en Sudbury, siendo una de siete hermanos. Empezó a trabajar como enfermera en 1976, en la guardería del Women's College Hospital de Toronto. Allí descubrió su pasión por el cuidado de los recién nacidos y sus familias. También descubrió su pasión por el conocimiento.
"Quería ayudar a la gente y saber más. Es la ciencia la que está detrás de todo, y la capacidad de cambiar las cosas", dice. Todo esto confluyó cuando se incorporó a MSH. La cultura de aprendizaje y mejora continua es un componente vital y una de las principales razones, dice, de que tantos empleados permanezcan tanto tiempo en el hospital.
"Creo que es un regalo, las instalaciones y las herramientas de diagnóstico de última generación que tenemos. Y la dirección aquí, hasta el director general, siempre busca mejorar. También tenemos una comunidad muy generosa que apoya la compra de equipos que permiten a MSH salvar vidas."
Rosemary llega a muchas vidas, transmitiendo sus conocimientos y su entusiasmo. Trabaja con pediatras, médicos de familia, estudiantes de enfermería, voluntarios y estudiantes cooperativos de los institutos locales. Los estudiantes suelen sorprenderse de sus primeras experiencias en MSH. Le dicen: "Nunca había trabajado en un sitio así, todo el mundo es tan cálido y complaciente". Según Rosemary, esa ha sido la cultura desde el primer día.
Rosemary también es muy estricta. Cuando enseña, trata de inspirar a quienes la rodean para que amplíen sus ideas y desarrollen nuevos enfoques que produzcan los mejores resultados para las familias. Una de sus mayores alegrías es transmitir conocimientos a las familias.
Mirando hacia atrás en su carrera de aprendizaje, Rosemary señala que ha tenido muchos buenos mentores, y por eso quiere transmitir esa misma experiencia a todas las personas con las que se relaciona.
"Mi objetivo es que la experiencia del paciente sea cómoda, merezca la pena y esté centrada en la familia. Aprender es apasionante, ver los resultados es gratificante". Es una estrategia que parece funcionar y que convierte a Rosemary en una auténtica heroína de MSH.
