Jospeh Manzoli mirando a la derecha.

El camino de vuelta a la salud

Intentar controlar el dolor era la vida de Joseph. Entonces encontró alivio en el Hospital Markham Stouffville.

Cada mañana, tras dos horas de sueño, Joseph se arrastraba hasta la mesa del desayuno y lloraba. "El dolor era terrible. No hay otra forma de describirlo. Era realmente malo", dice.

Joseph tenía 18 años cuando experimentó dolor de espalda por primera vez. Con los años, fue empeorando progresivamente. A los 50 años, Joseph sufría dolores crónicos 24 horas al día, siete días a la semana. "No podía dormir. No podía funcionar. Tenía un negocio que dirigir y eso es difícil cuando tienes dolor todo el tiempo", admite.

A Joseph, de 59 años y padre de tres hijos, le diagnosticaron estenosis espinal, un estrechamiento de la columna vertebral. La médula espinal y el nervio ciático de Joseph estaban comprimidos. El resultado era un dolor intenso desde las caderas hasta los dedos de los pies.

Joseph lo intentó todo, desde acupuntura hasta inyecciones de esteroides, pero nada funcionó. En los dos últimos años, no pudo asistir a bodas ni a otros actos. No podía hacer ejercicio y tuvo que abandonar las artes marciales, una parte importante de su vida.

Encontrar la esperanza

En 2021, el médico de Joseph le remitió a la consulta de acceso rápido para lumbalgia del Hospital Markham Stouffville (MSH) de Oak Valley Health. Joseph se reunió con el jefe de la consulta y el fisioterapeuta, que revisaron su historial y le hicieron una evaluación completa que incluyó un TAC y una resonancia magnética.    

"El jefe de la consulta examinó cada centímetro cuadrado de mi espalda", recuerda Joseph. "Me explicó exactamente lo que pasaba, dónde estaba el problema y qué opciones tenía. Era una fuente de conocimientos".

Le explicó que la mejor opción para Joseph era la cirugía y le remitió al Dr. Kevin Koo, cirujano ortopédico del MSH. Esa primera cita supuso un punto de inflexión en la vida de Joseph. "Las recomendaciones del Dr. Koo eran excepcionales, así que cuando le conocí ya tenía confianza", dice Joseph. "El Dr. Koo me lo contó todo sobre la operación y me aseguró que me iba a sentir mejor. Oír a alguien de su nivel decirme que iba a estar bien fue una bendición".

El personal del Hospital Markham Stouffville se preocupa de verdad. Fue una experiencia muy positiva de principio a fin y no puedo agradecérselo lo suficiente. Me han devuelto la calidad de vida.

Joseph Manzoli

Joseph fue operado seis semanas después de su última cita con el Dr. Koo. Un miembro del personal le acompañó al quirófano y el Dr. Koo presentó a Joseph al equipo quirúrgico. "Vamos a hacerlo", dijo Joseph.

La operación duró entre cinco y seis horas. El Dr. Koo abrió la columna vertebral de Joseph y le reconstruyó tres discos. "Ahora tengo la espalda fusionada. De hecho, soy un cuarto de pulgada más alto porque tuvieron que levantar y recolocar mis discos para que estuvieran alineados de nuevo", explica Joseph.

El Dr. Koo advirtió a Joseph de que se sentiría como si "un caballo le hubiera dado una patada en la espalda" cuando se despertara de la operación. Joseph esperaba sentir dolor, al fin y al cabo era algo a lo que estaba acostumbrado. Lo que no esperaba era que desapareciera el dolor insoportable que sentía en la parte baja de la espalda y en las piernas.

"Moví los dedos de los pies para asegurarme de que no estaba paralizado porque no sentía nada", recuerda Joseph. "Era la primera vez en dos años que me despertaba sin dolor en las piernas. Y me puse a llorar".  

Ese mismo día, una enfermera consiguió que Joseph se levantara y caminara con un andador. Incluso subió un tramo de escaleras. Ese fue el principio de la recuperación de Joseph. Pasó cuatro días en el MSH recibiendo los mejores cuidados. "No tengo más que cosas buenas que decir de todo el personal del hospital. Siempre que he necesitado algo han estado ahí", dice Joseph.

De nuevo en pie

La incisión tardó dos meses en cicatrizar. Mientras tanto, Joseph hizo fisioterapia para fortalecer la espalda y las piernas. Al mes de la operación ya caminaba 10.000 pasos al día. Al cabo de un año, corría 10 kilómetros y la pasada primavera completó una carrera de 10 km en apoyo de MSH con su familia.

"Estoy corriendo. Estoy entrenando. Tengo una nieta a la que puedo levantar en brazos sin ningún dolor", dice Joseph. "Estoy haciendo cosas que nunca pensé que podría volver a hacer. No tengo palabras para agradecer al Dr. Koo y a todo el equipo de MSH. Me dieron una segunda oportunidad, y lo hicieron de una forma tan generosa y cariñosa."

El Dr. Koo y todos los profesionales sanitarios de MSH no lo hacen solos. Dependen de la generosidad de donantes solidarios como usted para hacer posible su trabajo. Su apoyo les garantiza el acceso a los equipos y la tecnología más avanzados para diagnosticar enfermedades, tratar a los pacientes y salvar y restablecer vidas.

"Por favor, sigan donando", pide Joseph. "Necesitamos vuestra ayuda. En MSH se está haciendo un trabajo increíble que cambia vidas".

Joseph y familia

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